Inicios de la cirugía mayor en Loja

En este artículo se dan a conocer datos sobre las primeras cirugías en la ciudad y provincia de Loja, obtenidos de relatos de médicos y datos periodísticos existentes en el Archivo Histórico Municipal de Loja.

Lo sustancial de la información sobre los primeros pasos de la cirugía en el Ecuador es fruto de las investigaciones realizadas por el Dr. José Antonio Montero Carrión, ilustre lojano que, finalmente, se radicó en Quito, y que en 1962 publicara Maestros de ayer y de Hoy. Según él, en Loja, a principios del siglo veinte, se conoce algunos médicos que practican cirugía menor, entre ellos se encuentran Leopoldo Benjamín Jaramillo Valdivieso, Víctor Antonio Castillo, Tomás Aguirre A. y Juan Rafael Ojeda, quienes llegaron a realizar cirugías, en general, bajo anestesia local, siendo la más compleja la herniorrafía inguinal, y en traumatología, se realizaron reducciones y hasta amputaciones.

La cirugía mayor solo aparece luego de la venida al país de los franceses Gayraud y Domec a partir de 1907, quienes instauran la escuela francesa, que influye con gran intensidad en las ciudades universitarias, esto es, en Quito, Guayaquil y Cuenca. Particularmente, en Quito, surgieron como discípulos de los franceses los cirujanos Luis Mario de la Torre e Isidro Ayora y, en Guayaquil, Miguel H. Alcívar y Teodoro Maldonado Carbo.

La promoción de estudiantes de Quito de 1912 a 1918 es muy fructífera para el desarrollo de la medicina y la cirugía; dentro de ellas se encuentran distinguidos lojanos, como el propio Dr. José Antonio Montero y sus compañeros Luis Clemente Cueva, Constante Amador Espinosa y Ramón Burneo Samaniego, que luego ofrecerán sus servicios en Loja ⁽¹⁾.

La primera información sobre la realización de cirugía mayor en Loja, es decir, abdominal por laparatomía, la escuché del Dr. Luis Guillermo Reyes —padre de mi esposa, María Augusta—, quien afirmaba que, entre los años veinte y treinta del siglo pasado, su hermano Alberto Reyes Andrade y el doctor Ramón Burneo Samaniego, practicaban cirugías armando quirófanos en los domicilios del paciente,  para lo cual contaban con un estuche que el doctor Burneo había adquirido en Europa, posiblemente Francia. Asimismo, existe una entrevista del periodista Ecuador Espinosa S., efectuada en los años sesenta, al indicado Dr. Reyes,  donde se trata sobre este tema ⁽²⁾.

La instalación de los quirófanos domiciliares está descrita en la Técnica quirúrgica de los ex jefes de trabajos prácticos de medicina operatoria, doctores Federico E. Chiistmann, Carlos Ottolenghi, Juan Manuel Raffo y Gunther Von Grolman, de la Facultad de Medicina de La Plata, publicada por la Librería y Editorial El Ateneo, en Buenos Aires. Su carta edición de 1939 es parte de la biblioteca médica del Dr. Reyes Andrade. En este tratado, en el libro primero, se describe la sala de operaciones pública y privada, en la que cuida aspectos de asepsia, ventilación e iluminación; esta información debe haber guiado a los galenos, aparte, por supuesto, de sus aprendizajes junto al Dr. Mario de la Torre, destacado cirujano de Quito y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Central, donde se graduaron ambos: el Dr. Burneo en 1917 y el Dr. Reyes en 1922.

De mis investigaciones en el Archivo Histórico Municipal, he podido rescatar algunos datos que hoy los ofrezco como forma de ir construyendo esta historia.

El retorno del doctor Burneo Samaniego a Loja ocurre en noviembre de 1917, luego de nueve años de permanencia en Quito ⁽³⁾. Durante un largo período, se dedica al servicio público en el cual ejerce varios cargos políticos, en especial como concejero, vicepresidente y presidente del Municipio, gobernador y alcalde de Loja ⁽⁴⁾. Es por este desempeño público-político que más se lo conoce al Dr. Burneo, sin embargo, es digno de destacar su trabajo como médico y cirujano.

La presencia del doctor Reyes Andrade puede constatarse desde 1923 ⁽⁴⁾, pues se conoce que ocupó un cargo como concejero municipal, y es evidente en 1925 ⁽⁵⁾ tanto por su trabajo como médico militar, así como por su quehacer como cirujano ⁽⁶⁾ en Alamor. Su labor como médico y cirujano continuó hasta septiembre de 1928, que es cuando fallece trágicamente.

Estas cirugías en quirófanos privados o domiciliares debieron haberse realizado hasta finales de 1928, pues, para esta época, el hospital adquiere instrumental suficiente para garantizar su realización ⁽⁷⁾ y es de suponer que los médicos se someten a tal realidad.

Alrededor de 1930, se encuentra en Loja el médico militar Dr. Cesar A. Domínguez, de origen riobambeño y graduado en Quito ⁽⁸⁾, quien hace cirugía mayor, como puede evidenciarse en noticias sobre el particular ⁽⁹⁾, y en las que se puede notar el apoyo de otros médicos, como el propio doctor Burneo Samaniego y otros, como los doctores Luis Cueva Ontaneda, graduado en Quito en 1923; Francisco Toledo, graduado en Quito en 1907, y Z. Alfredo Rodríguez, graduado en Cuenca en 1913. Los dos últimos, de reconocida solvencia clínica, pero que no se conoce que realizaran cirugías y, por ello, seguramente apoyaban hacia el cuidado del paciente desde la anestesia.

En 1931, retorna a Loja el doctor Luis F. Apolo, graduado en 1930 ⁽¹⁰⁾, quien es designado médico escolar de la provincia y, como tal, visita Gonzanamá y Catacocha, entre otras ciudades, y allí hace cirugías, que deben ser domiciliares, pues, a la época, no se cuenta con hospitales en tales localidades ⁽¹¹⁾. De lo reportado, se trata de cirugías obstétricas y de laringología, que bien pueden considerarse como iniciales de estas especialidades ⁽¹²⁾.

En 1932, hay evidencia de cirugías realizadas por los doctores Ramón Burneo ⁽¹³⁾, Luis Apolo y Alfonso Punin Ríos, graduado en Cuenca en 1927, aunque podrían tratarse de procedimientos menores ⁽¹⁴⁾.

Más tarde, en 1933, retorna a Loja el Dr. Cornelio Reyes Andrade, graduado en Quito en 1932 y discípulo del Dr. Isidro Ayora Cueva, quien dará gran impulso a la cirugía, cuyos procedimientos, por entonces, eran poco frecuentes y no contaban con la aprobación de la ciudadanía, dados los resultados, algunas veces lamentables ⁽¹⁵⁾. Vale la pena anotar que los conocimientos impartidos por Ayora no se limitaron a la obstetricia, ginecología y cirugía, sino también a la salubridad y desarrollo de la medicina en general, aspectos en los cuales también se destaca el Dr. Cornelio Reyes en esta ciudad y provincia.

Al decir de su hermano, Luis Guillermo, así como del médico historiador Dr. José Antonio Montero Carrión, el doctor Cornelio fue quien realizó la primera cesárea en Loja, evento en el que afirma participaron el propio doctor Montero y el doctor Federico Tapia. Este hecho debe haber ocurrido entre julio y agosto de 1934, que es cuando Montero Carrión se encuentra en Loja, y por supuesto, realiza algunas cirugías ^{(16) (17)}.

El doctor José Antonio Montero Carrión, en el tercer tomo de Maestros de ayer y de hoy, publicado en 1968 en Quito ⁽¹⁸⁾, afirma que, en 1922, él visitó Loja, y en el viejo hospital, realizó la primera operación de alta cirugía… Años más tarde, aproximadamente en 1935, acompañó al Dr. Cornelio Reyes en un caso de eclampsia y, previa una junta médica, se resolvió intervenir quirúrgicamente a la paciente, así se dio la primera cesárea en Loja con resultados positivos.

Para 1935, es notoria la práctica de cirugías, como una apendicetomía, realizada por el doctor Cornelio Reyes ⁽¹⁸⁾. A esta deben añadirse otras realizadas por el mismo doctor Reyes y por el doctor Cesar Domínguez, que permanece aún en esta ciudad ⁽¹⁸⁾.

Los datos obtenidos nos permiten afirmar que los protagonistas de la cirugía mayor en Loja, sin duda, fueron los doctores Ramón Burneo Samaniego, Alberto Reyes Andrade, César A. Domínguez, Luis F. Apolo, José Antonio Montero y, muy especialmente, el doctor Cornelio Reyes Andrade, a quienes Loja y la medicina les deben su reconocimiento.